Un día, la Biblioteca Popular María Saleme recibe un archivo invaluable. Supimos enseguida que no podíamos más que compartirlo inmediatamente. Ahí, y de la conversación con la Biblioteca Córdoba, nació la muestra MUNDO PERONISTA – archivo personal de María Gualco, que se exhibirá en la Biblioteca Córdoba del 5 al 31 de marzo, de 8 a 20 horas.
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La historia de los pueblos se escribe tanto en los libros oficiales como en los márgenes de la memoria. En esos pliegues, a menudo ocultos o silenciados, habitan los relatos de quienes sostuvieron con sus actos cotidianos el compromiso con la justicia social y la dignidad colectiva.
María Gualco de Gordillo (1915-2006) fue una de esas mujeres. Militante peronista, autodidacta apasionada y defensora incansable de los derechos de los trabajadores y, sobre todo, de las mujeres, enfrentó con valentía las persecuciones políticas que marcaron su tiempo.
En la ciudad de San Cristóbal, Santa Fe, María formó parte de las primeras organizaciones políticas peronistas, inspirada en la imagen y la ética de Eva Duarte. A su lado, compartiendo las mismas convicciones, estuvo su compañero de vida, Pedro Gordillo, obrero ferroviario y sindicalista, quien fue intendente de la ciudad entre 1947 y 1948. Su labor como dirigente político y gremialista lo posicionó en la primera línea de las luchas obreras de la época, defendiendo los derechos de los trabajadores del ferrocarril, un sector clave en la economía y organización social del país en aquel entonces. Juntos, enfrentaron un contexto adverso, marcado por la proscripción y la persecución ideológica, en el que criaron a sus cuatro hijos y sostuvieron su militancia con una determinación inquebrantable.

Sin acceso a una formación académica formal, María encontró en la palabra escrita un espacio de aprendizaje y resistencia. La doctrina peronista, sus discursos y principios de justicia social, llegaban a sus manos a través de publicaciones que luego compartía y difundía en la comunidad. Con la llegada del golpe de Estado de 1955 y, más tarde, la dictadura de 1976, muchas de esas publicaciones se convirtieron en peligro inminente. María tomó entonces una decisión radical: enterró su biblioteca. Revistas, panfletos, manuales de formación política y fragmentos de diarios fueron resguardados bajo tierra, con la esperanza de que algún día pudieran volver a ver la luz.
Años después, cuando sintió que era momento de legar su historia, entregó este tesoro a su nieto Fernando Gordillo, quien apenas tenía 14 años. Consciente del valor de esos documentos, Fernando asumió la responsabilidad de protegerlos y, con el paso del tiempo, junto a su familia y hermanos buscaron el destino que su abuela hubiera querido para ellos: una biblioteca popular. Gracias a su compromiso y amor por la memoria de su familia y su pueblo, este archivo vuelve a circular, permitiendo que nuevas generaciones se acerquen a una historia de lucha, resistencia y convicción.

Desde la Biblioteca Popular María Saleme, sentimos un profundo honor al recibir este material y asumimos el compromiso de resguardarlo y compartirlo, como un gesto de memoria y reparación, pero también como una declaración de principios. Esta muestra es apenas el inicio de nuestra tarea de preservación y difusión de un legado que nos pertenece a todos.
A María y Pedro, y a todos aquellos que han sabido resistir con la palabra y la acción, les rendimos homenaje. Y a quienes hoy recorren esta muestra, los invitamos a
preguntarse: ¿Qué memorias del presente estamos dispuestos a resguardar para las futuras generaciones?
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