Por Juan Manuel del Campillo

ALBERDI SIEMPRE, dice la tinta del brazo derecho de Julieta Cementerio. Y es así. Se la puede ver a diario en el barrio, en la cancha, con su cámara de fotos, enfundada en un buzo Adidas de la selección igual al que usaba Diego Maradona en el Mundial de 1994.

Lo del buzo no es casual. La historia de Juli con la de Diego se entremezclan para contar esta novela.

El Pelusa de Fiorito volvía a la Argentina a dirigir tácticamente a Gimnasia y Esgrima de La Plata después de su experiencia en Sinaloa en la segunda mitad del año 2019. Como todo lo que hacía Diego, provocaba una revolución que superaba lo estrictamente futbolístico.

La fotógrafa y documentalista Érica Voget decidió, ese mediodía que debutaba Maradona como DT del Lobo, retratar a hinchas mujeres del equipo tripero del cual ella es fanática.

Este proyecto individual de Érica se ve plasmado en una muestra de fotos que se expuso para el público el 8 de Marzo de 2020. No sólo fueron fotos de mujeres y disidencias, sino que también un video completó la exhibición. 

La repercusión y el éxito de la muestra animó a Voget a abrir el juego, y lo que empezó como un proyecto individual, se transformó en un sueño colectivo. Érica decidió abrir una convocatoria para que en el resto de los clubes se hiciera algo similar con ella como directora. Las interesadas en participar debían mandar un mail contando a qué club querían representar y adjuntando algunas fotos que ya tuvieran.

La idea era que cada club tuviera una fotógrafa y que Voget no tuviera que viajar por todo el país sacando fotos. La condición era que las interesadas fueran hinchas de los clubes. “La única forma de llevar adelante este proyecto es siendo hincha, si no, hay un montón de cosas que se te escapan”, agrega Cementerio.

La primera convocatoria fue en octubre del 2020. Plena pandemia. Y en noviembre sucedió lo que conmocionó al mundo. La muerte de Diego. Lo que pospuso la convocatoria unos días. Recién en diciembre se seleccionó una persona por club. Y Julieta quedó para representar a Belgrano.

Fueron seleccionadas más de 30 fotógrafas de 3 países distintos. Argentina, Chile y Uruguay. 

Juli tenía poco más de dos meses para preparar las fotos y el video promocional que serían exhibidas en el 8M del 2021. El contexto no era nada fácil. Había que ir a casas de conocidas y desconocidas a retratar en plena pandemia. No sólo a los hogares, sino que también en algunos casos las fotografías se tomaban en los lugares de trabajo.

Como directora del proyecto, Érica Voget las guiaba y daba directivas sobre qué tipo de luz usar, qué tipo de ángulos, ciertas cuestiones técnicas y estéticas para que las fotos quedaran homogéneas entre los distintos clubes, para que todas las fotos dialogaran entre sí. Todo era a través de reuniones virtuales.

Todavía las vacunas no se habían extendido, había muchos miedos, y Julieta terminó haciendo todo su trabajo en 15 días. En su condición de paciente cardíaca, a ella también le daba mucho temor salir a la calle.

La idea era que cada fotógrafa se llevara una serie de entre 10 y 15 fotos, y había que hacer ese número de gestiones para llevarla a cabo. Antes de arrancar, Julieta Cementerio sabía perfectamente a quienes quería retratar.

“Quería una madre y una hija, hinchas trans, socias con algún tipo de discapacidad, jugadoras, y así fui pensando en un plan para mostrar la diversidad de hinchas”, aclara Cementerio. A la gran mayoría ya las conocía, lo que le facilitó un poco el trabajo. Más allá de las fotos, con todas buscó una conexión, ver qué representaba el club para ellas, las emociones que les generaban las fotos. Muchas de esas charlas la conmovieron profundamente, sobre todo poder confirmar cómo todas esas hinchas podían habitar espacios en el club que siempre habían estado destinados a varones.

“Por suerte Belgrano es un club abierto, que te abre estos espacios para poder habitar no sólo el club, también el barrio, el centro vecinal. Las hinchas retratadas son todas comprometidas, que están permanentemente viendo cómo se puede ocupar el club de distintas formas”, concluye Cementerio.

Para la muestra en Tecnópolis, fueron seleccionadas algunas de las fotos, pero la idea de Julieta es seguir retratando, ya que quedó muy conforme con la diversidad de hinchas que fotografió.

Para finalizar, deja una frase para dimensionar su laburo: “en distintos países, clubes chicos o clubes grandes, las disidencias estamos ahí. A pesar de las diferencias, somos iguales”.